Mediante un proceso biológico denominado “óseo integración” los implantes se unen al hueso del paciente comportándose como la raíz de un diente natural perdido. Los implantes están indicados para la recuperación de dientes unitarios y como pilares para prótesis fijas parciales o totales. Primero se realiza un examen clínico y radiográfico.
Las evaluación radiológica incluye tomografías de la zona a colocar los implantes. Éstas permiten evaluar la cantidad y calidad del hueso disponible para elegir el tamaño de nuestro implante dental.
La restauración de la boca con un implante dental se lleva a cabo en 2 fases. La primera es la colocación quirúrgica del implante. Por unos meses, los implantes permanecen debajo de la encía hasta que se adhiera al hueso (óseointegración).
Una vez finalizada la oseointegración comienza la segunda fase.
En la segunda fase se coloca una extensión que se acoplará con la nueva corona. Aunque los pasos varían de acuerdo al caso, generalmente incluyen toma de impresiones de la boca sobre la que se confeccionan modelos que servirán de guía de la anatomía y posición que requiera nuestra corona.
La corona se prepara en un laboratorio dental de manera precisa y minuciosa. El éxito del implante depende del cuidado en la casa del mismo y de nuestro apoyo mediante controles periódicos y limpiezas en el consultorio.
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